jueves, 23 de diciembre de 2010

GANGLIANS

MONSTER HEAD ROOM (2009)

Menuda sorpresa me dio en su momento este segundo disco de la banda de Sacramento (California), Ganglians. Había escuchado su debut y aunque no estaba mal del todo, no me acababa de convencer ese carácter bruto y abrasador del que hacían gala sus canciones en aquel momento, así que decidí no interesarme mucho por sus siguientes pasos, Pero curiosas circunstancias de la vida, a finales del año pasado, me pasaron un vídeo de este álbum por mail, con la excusa de organizarse para ver las actuaciones de la última edición del Primavera Sound, y me encantó. Habían dado un cambio radical (tanto que en un principio pensé que eran otra banda y no los reconocí al olvidarme del nombre), pasando de sonar como un sucedáneo de Wavves, No Age, Ave Vigoda y Japandroids y tantos otros grupos californianos de noise vinculado al lo-fi, a heredar las virtudes de Woods, Avi Buffalo, Fleet Foxes, Megafun y Megapuss, y poner las enseñanzas de The Beach Boys en lo más alto de su ideario. Un triunfo, vamos. No quiero menospreciar su debut homónimo (en formato ep, que he olvidado mencionarlo), ya que contenía canciones muy atractivas, incluidas dos que vuelven a aparecer en esta puesta de largo, pero en mi humilde punto de vista, les ha sentado de maravilla el endulzamiento sonoro sufrido, han ganado en accesibilidad y han sacado a relucir un potencial polifónico que aguanta todo el peso compositivo buscando la colaboración desinteresada del consumidor, que seguramente acabará, como es mi caso, dejándose llevar por el caluroso y afable resplandor que transmite este álbum. Rompen con el pasado (al menos con parte de él) desde los primeros instantes con la juerga coral de esa breve intro titulada "Something should be said" y la edulcorada "Voodoo", de colorido gigantesco y ritmo trepidante sobre juegos vocales de melodías frágiles pero animadas, continuando este delicioso paseo por la mutación del grupo hacía terrenos donde conviven en armonía la psicodelia y el pop experimental sin grandes aspavientos, con la magistral "Lost words", mi favorita del lote por esos aires a The Shins que se da en esas bellas estrofas que encogen el corazón y te hacen sonreír tan ampliamente que mojas tus orejas, la tarareable "Candy girl", en la que toman de forma descarada la inspiración de Brian Wilson tanto en letra como en desarrollo instrumental creando un ambiente paradisiaco, la profunda "Valient brave", la pieza más larga del disco, donde se acercan peligrosamente a la The Incredible String Band y su universo lisérgico de ácido sabor psicotrópico, la esquizofrénica "The void", más próxima a la investigación innovadora de Animal Collective que de cualquier otra referencia, la balsámica "To june", donde por fortuna recuperan el pulso accesible en toda una declaración campestre, acústica y preciosista, con algún destello de mística acongojante, la concisa "100 years", que mezcla rock progresivo setentero con blues garagero a base de guitarras recias y griterío abigarrado, la fantástica "Cryin' smoke", posiblemente el mejor corte de este 'Monster head room', por su cándidez pop y su hermosura efervescente, para finalizar con la épica "Try to understand", que en sus últimos segundos muestra una graciosa y literal explosión, que deja a las claras el artefacto que supone tener en nuestro poder este gran disco.

4 comentarios:

  1. :o

    :)

    :P

    que buenos son!!!!!!!!! gracias

    oooouuuuuuuaaaa muuumuuua

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  2. jajaja!! tú siempre tan pasional!! XD
    Estaba seguro y convencido de que con este disco acertaría contigo. Es que sé de buena tinta que a ti estos sonidos te laten :P
    Mua!!!

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