NOW IT'S OVERHEAD

FALL BACK OPEN (2004)

Acaba la semana con la misma sensación heladora de su comienzo y a diferencia de otras veces me cuesta digerir sonidos soleados para entrar en calor como terapia de choque. He sorteado hasta el momento los resfriados, pero no creo que oponga mucha más resistencia porque por estas fechas siempre suelo claudicar y hace un rato he estornudado tres veces seguidas, sinónimo de una cercana gripe anunciada también con el uso de pañuelos de papel. Porca miseria que diría Adriano Celentano. Pero bueno, ya llega el finde y podré emplear el tiempo en cuidarme un poco y no asomar mucho la estampa por la calle que no está la cosa como para enredar con el cuerpo. De momento esta tarde de Viernes que presidida por la lluvia la voy a pasar tranquilo en casa, pegado a la estufa, tragando tele (ya tengo preparados un par de capítulos de 'Prison break', serie a la que he llegado muy tarde, pero que he cogido con ganas) y haciendo esta entrada sobre una banda que une el imaginario musical de dos ciudades que han sido clave para entender la evolución del rock alternativo estadounidense en las últimas dos décadas, Athens (Georgia), ciudad de donde proceden, y Omaha (Nebraska), ciudad en la que han desarrollado su faceta artística. Destinos de dos escenas deslumbrantes que sirvieron para catapultar su carrera, que si bien nunca dio un triple salto mortal de creación, si que se mantuvo firme con sumo atractivo a través de sus tres trabajos de estudio, editados sin prisas pero sin apenas pausas entre uno y otro.

Bajo los dominios del sello Saddle Creek, hogar de Bright Eyes, The Faint, Cursive, Desaparecidos, Azure Ray (proyecto liderado por las dos componentes femeninas de nuestros protagonistas de hoy) y Lullaby For The Working Class, es decir, toda esa hornada de bandas surgidas de la capital situada a orillas del río Missouri que les sirven de espejo a la hora de crear un sonido actualizado, que une rock abierto de miras y leves tintes electrónicos, y con la influencia (apenas invisible, si, pero presente al y al cabo, ni que sea de manera tímida) de los grupos asociados a su tierra, tales como Drive By Truckers, Phosphorescent, Vic Chesnutt o Neutral Milk Hotel, que como ellos apostaban por partir de una perspectiva arraigada  en la tradición, Now It's Overhead, tocaron techo con este fabuloso segundo álbum.

Se puede hablar de 'Fall back open', al igual que de sus otros trabajos, como de un disco en solitario, ya que su líder Andy LeMaster, se encargaba siempre de crear las composiciones, tanto en letra como en instrumentación, antes de decidir su definitiva grabación con la formación completa. Para crearlo se encerró durante nada menos y nada más que veinticuatro meses en Chase Park Trasduction, un pequeño estudio de su propiedad.Bien destilado, el compendio quedó en una celebración que a diferencia del tono frustrado y desgarrador de su homónima ópera prima,quedó abierto y diverso estilísticamente sin ser inconsistente, teniendo claras la ideas y mostrando un talento mucho más madurado de tono oscuro, latidos impulsados por una sensualidad brillante, matizada por paisajísticas melodías, arrebatos épicos de fondo y voces distintivas que proporcionan un buen movimiento de los hilos que bautizan la unidad entre los músicos encargados de ejecutar y llevar a buen puerto todo el imaginario que tenía en mente este hombre.

Once canciones soberbias entre la electricidad y la sobriedad con un tema que ya justifica por si solo la adquisición de este disco, el genial "Wait in a line", donde el ritmo de una batería descompasada marca la pauta que deben seguir unas guitarras chispeantes y seductoras mientras la voz castiga las emociones con su melancolía y su reverberación iluminada, pero la cosa sigue en buena línea con esas acompañantes de lujo que son "Surrender", un medio tiempo que en cierto modo puede recordar a Starsailor o incluso a unos Placebo al ralentí, sin dejar a un lado esos acordes con aroma a desierto, "Profile", sentimental en esencia, muy orgánica y espectral, "Turn & go", que sigue el reposo y la ternura con tino calmado, como si se iluminarán las paredes del slowcore a bordo de la indietrónica, "Fall back open", que da título al álbum y honor al mensaje pues apuesta por la continuidad de ese pulso cercano de velocidad de crucero, una pieza que recuerda ligeramente a Death Cab For Cutie, envolviendo la belleza en unas fina sección de cuerda que adorna la parte final, "The decission made itself", acústica y sencilla, también con un cello y sitar presentes que le dan una óptica distinta y cautivadora, "Reverse", más ecléctica e inmediata, en la onda de lo que hacían Idaho o más recientemente Autolux, aunque con la mirada puesta en los 90's, "Antidote", tema estrella del lote por contar con la memorable voz de Michael Stipe, paisano y líder de los añorados R.E.M., que por cierto se declaró fan absoluto de la banda y con los aós pasó a ser su mayor valedor, un tema suave y taciturno que logra sacar su intimidad al máximo, y "A little consolation", una maravilla que despide esta obra con un acertado compás ensoñador.

Now It's Overhead eran entonces Andy LeMaster, Orenda Fink, Maria Taylor (ambas en Azure Ray antes de involucrarse en esta historia. Por cierto, muy recomendable la trayectoria en solitario de la segunda), y Clay Leverett, y contaron con la colaboración del gran Connor Oberst (aparte de en los antes mencionados Bright Eyes y Desaparecidos, cerebro en Commander Venus, Park Ave., Monsters Of Folk y en sus Mystic Valley Band) que hace coros en la mayor parte del disco, y Victor Uzur, amén del bueno de Stipe.