SUFJAN STEVENS

PEACE: SONGS FOR CHRISTMAS VOL.V (2006)

Aprovecho estas fechas para dar mas vida de lo habitual a este espacio, pero lo cierto es que me gusta la Navidad, sé que a lo mejor está anticuado decirlo, que tal vez quede más molón afirmar que la detestas y te aburre, pero no es mi caso, soy un carca a mucha honra, que queréis que os diga, aunque tengo la sensación de repetirme en esta declaración año tras año por lo que no voy a defender la idea de que hay que disfrutarla y dejarse llevar por estos días de limpieza interior y conciliadora armonía familiar, solo voy abogar por el bienestar de todos los que estáis leyendo estas líneas, así como por el de todas las personas de mi entorno, y también, claro está, por todos los que están pasando malos momentos personales a lo largo y ancho de este desdibujado planeta que cada día va más acelerado. En cambio si voy a seguir siendo fiel a la costumbre dejando una vez más en este día de celebración uno de los Ep's de villancicos del gran Sufjan Stevens, el quinto consecutivo, uno por cada año de existencia de esta humilde bitácora. Brindemos entonces esta Nochebuena por las cosas agradables que están por venir y por vivir el presente con una sonrisa en los labios, acabar con la panza llena y la mandíbula desencajada de tanto reír y gozar de la velada recordando anécdotas con los nuestros, mientras de fondo suenan las once piezas tradicionales de este disco con el que el artista de Detroit (Michigan), cerraba la primera parte de la serie 'Songs for Christmas' a la que dio continuidad el año pasado con un segundo acto bajo el título de 'Silver golds' compuesto por otros cinco pequeños álbumes de canciones populares navideñas.

Siguiendo la estela de 'Noel', 'Hark!', Ding, dong!' y 'Joy', 'Peace', mezcla temas propios con creaciones ajenas llevadas a su terreno, siendo un colofón extraordinario para el cómputo global de estos caprichos que se marcó el talentoso artista al margen de su discografía convencional, comprendida a estas alturas de ocho trabajos de estudio (sin contar los diez especiales que he mencionado). Una vez más el folk más exquisito, prevalece sobre unos textos armoniosos y afables, la belleza de la instrumentación brilla como las luces que adornan los árboles donde los niños recogen los regalos que les ha dejado Papá Noel (o Santa Claus, según de donde sean) y la voz se endulza tanto como los caramelos en nuestro gaznate.

Como un obsequio divino, cada una de las piezas que iluminan este material, abraza el alma y encoge el corazón para hacernos sentir reconfortados desde la más profunda suavidad. Unos minutos entrañables no exento de belleza y calidad auditiva, que nada tienen que envidiar a las composiciones habituales de sus discos ajenos a esta temática, comenzando por "Once in a royal David's city", apertura instrumental donde un piano de nítida clarividencia emociona con su armonía y cuya autoría pertenece al organista británico Henry John Gauntlett, quien la musicalizó en 1849 partiendo de un poema de Cecil Frances Alexander y de la que han hecho versiones bandas y autores de la categoría de Sinéad O'Connor, Jethro Tull, Petula Clark y The Chieftains, entre otros, "Get behind me, Santa!", uno de los seis temas ingeniados por Sufjan para la ocasión, una alegre pieza que destila sabor setentero, bebiendo de viejas y nuevas formaciones como The Beatles, The Turtles, The Polyphonic Spree, White Denim, Super Furry Animals o Supergrass, "Jingle bells", que tarde o temprano tenía que aparecer en estas recopilaciones por su importancia vital navideña, pues digamos que es un hito de la época en la cultura estadounidense, un homenaje al clásico de James Lord Pierpoint que era de justicia que estuviera presente, "Christmas in July", divertida y bailable, con cierto deje sixtie, "Lo! how a rose E'er blooming", sensitiva pista minimal cuya melodía es fácilmente reconocible, "Jupiter winter", positivista y lustrosa, con elementos electrónicos y multitud de arreglos, destacando sobremanera las voces en perfecta hermandad, "Sister winter", una absoluta delicia, mi favorita por su paso de la tristeza a la esperanza, un corte que viene a ser algo así como si Sigur Rós y Radiohead empezaran la faena y luego entraran DeVotchKa a acabarla (si no atendemos a letra, obviamente, porque cuesta imaginar a cualquiera de los tres tirando de espiritualidad religiosa), "Star of wonder", siete minutos de fantasía que parecían anunciar la llegada de cambios en su modus operandi, un tema que no tiene carencias, al que no le falta de nada y todo es bueno, bordeando los limites de la psicodelia pastoral y la coralidad más celestial, una preciosidad que busca épica contenida en rincones de la mente que solo quieren ser rellenados de amor fraternal, con un final soberbio en el que los teclados en línea Grandaddy y la sección de vientos en onda Beirut cubren el ambiente con un frágil manto sagrado, "Holy, holy, holy", himno cristiano escrito hace más de doscientos años por Reginald Heber y que hace sesenta se popularizó en una escena de la película 'Titanic', en la que los tripulantes del malogrado barco la cantaban, y "The winter solstice", que cierra con angelicales voces sobre sintetizadores atmosféricos esta joya infinita.

En este álbum y en sus cuatro antecesores estuvieron echando un cable al cerebro criado en Petoskey (Michigan), amigos músicos profesionales u ocasionales como Monique y Vito Aiuto (matrimonio que lidera el dúo de gospel-folk, Welcome Wagon), C.J.Camerieri (trompetista en cuya hoja de servicios figuran colaboraciones con Bob Dylan, Clare & The Reasons, She & Him, Rufus Wainwright, Sean Lennon, Fatboy Slim, Jesse Harris o Dirty Projectors), Bridgit DeCook (ex-Castanets), Maria Bella Jeffers (violonchelista de Takka Takka y Morning Glory), Ben Lanz, James McAllister, Rob Moose (quien ha estado presente en sesiones de grabación de Antony & The Johnsons), Matt Morgan (miembro de los desaparecidos Orchard), Laura Myers, Colin Stevens, Naho Tsutsui (violinista de Rats With Wings), Shara Warden (voz de My Brightest Diamond y Clogs), y el magnifico cantautor Denison Witmer.