lunes, 30 de enero de 2017

WE ARE SCIENTISTS

HELTER SELTZER (2016)

Es habitual que la primera entrada que dedique a un disco en el inicio del año vaya enfocada a algo de lo que se quedó fuera en mi lista de recomendaciones bien sea por simple olvido o bien porque aún gustándome preferí anteponer algún otro álbum. Confieso que siempre acojo la idea muy animado y con la intención de dar continuidad al concepto de postear varios de esos descartados, pero luego por circunstancias diversas acabo por recurrir tan solo a uno de ellos, con lo que esta vez me he centrado en elegir el que más me ha apenado ningunear y si eso ya veré si puedo poner otros por aquí porque además esto de las listas amigas produce que en las semanas de repaso te topes con infinidad de material que ni siquiera escuchaste en los pasados doce meses y que te conquiste tanto o más que todo a lo que llegaste. El que he escogido para hoy entraría en el primer grupo porque me parece un trabajo de notable alto y es de los que más disfruté del pasado 2016, una obra de esas que marcan y hacen crecer la reputación de sus autores, en este caso Keith y Chris, un par de zagales de Berkeley, que se conocieron en la vecina Claremont (California), que residen desde hace unos años en New York City (New York), que curiosamente son seguidores de los 76ers de Philadelphia y que lideran a medias el proyecto musical We Are Scientists.

Aunque todavía se les puede considerar jovenzanos en edad, son ya unos veteranos de la escena con diecisiete años de actividad y seis larga duración a sus espaldas. Obviamente el que nos ocupa es el sexto y último de ellos, marcando una consolidación absoluta en su estilo y formas, cerrando de paso un círculo. Fundados a finales del pasado milenio por nuestros dos amigos, en un principio la banda estaba formada por tres componentes con la inclusión de Scott Lamb, un compañero de correrías universitarias del Pomoma College, pero pronto entró en nómina Michael Trapper, un conocido de su época en el instituto que permaneció en la banda hasta el 2008 cuando abandonó la nave en busca de nuevos retos con los que reconducir su vida, siendo sustituido en diferentes etapas por Adam Aaronson e incluso el batería de Razorlight, Andy Burrows, aunque no acabaron de acabaron de congeniar del todo y tomaron la decisión con el tiempo de no buscar a nadie que se encargara de ese lugar, convirtiéndose con ello en un dúo.

La conexión humorística, factor fundamental en el desarrollo de su carrera, es total en este par y de alguna manera la historia comenzó así, yendo juntos a ver monólogos y comedias incorrectas en el cine, pero aparte también había un interés común en sus gustos musicales. Ambos se declaraban devotos en aquellos comienzos de gente como Pavement, The Rapture, Nirvana, Grandaddy, Franz Ferdinand, Modest Mouse y Arctic Monkeys, a la vez que mencionaban a David Bowie, Fleetwood Mac, Hall & Oates, My Bloody Valentine, The Velvet Underground, y Brian Eno como referentes clásicos, y en la actualidad reconocen haber acogido la influencia de formaciones coetáneas como Interpol, Tv On The Radio, Liars y The Strokes. con los que además han coincidido en numerosos festivales. Tras esclarecer la fórmula de su post-punk bailable de finalidad indie-rock y pisar los escenarios más emblemáticos del circuito de salas de su ciudad de residencia, se metieron al estudio y lanzaron debut prometedor que acabo siendo un digno preámbulo de lo que sería su gran pelotazo, el genial 'With love and squalor', que obtuvo muy buenas críticas y una inesperada cifra en ventas por aprovechar la onda expansiva del revival del género con el que se le asociaba y también por la sobrada calidad de su poderío instrumental.

Superada la presión por convencer con su siguiente álbum, se tomaron seis años para editar tres trabajos que no consiguieron una respuesta mayor a la de su antecesor pero si fueron bien recibidos. Pararon cuatro años para coger carrerilla y cambiar ligeramente la dirección en el interesante 'Tv en français' y hacerlo más palpable en este fulgurante y guitarrero 'Helter seltzer', que a mi humilde parecer pasa por ser el más inspirado de su discografía. Muy probablemente el atractivo se da desde el inicio con esa incontestable pieza llamada "Buckle", una de las mejores composiciones del pasado curso en mi opinión, que muestra desde el principio a unos We Are Scientists decididos a recuperar terreno con una base rítmica que suena como un martillo pilón, convincente, carnosa, sin despreciar la melodía, moviéndose entre la inmediatez coral de unos Pixies y el optimismo estudiado de unos Weezer, pero el resto del lote mantiene el equilibrio con cortes tan espléndidos como "In my head", orientada claramente al pop-rock ochentero y la new wave actual, como si fueran la respuesta de nuestros días al legado de los mejores Simple Minds o los más certeros INXS, con teclados de una nocturnidad alevosa, "Too late", que da un salto generacional para acercarse a lo que hacían hoy en día Tokyo Police Club, tirando de recursos con un estribillo melancólico y tierno, "Hold on", algo más oscura pero épica en sus estrofas, con el bajo pisando la línea y los sinterizadores jugando un papel determinante, "We need a word", recuperando aquel espíritu sixty de voces en falsete y atmósferas ensoñadoras que hace un tiempo reivindicaron Glasvegas antes de perderse en la nada, "Classic love", cerrando los puños y cabalgando a lomos de un pura sangre desbocado que ansía ser domado, mezclando eléctricas y acústicas y trayendo a la memoria a los últimos dEUS, "Waiting for you", una toanda que bebe del brit-pop (sobretodo el de Blur), dócil, emotiva, "Headlights", como si The Smashing Pumpkins y Foo Fighters cruzaran sus destinos, y 'Forgiveness", una despedida adecuada para un repertorio de ganchos angulares pero memorablemente inmediatos bañados en una mezcla efervescente de guitarras rockeras, sintetizadores con recubrimiento de caramelo y tambores gigantescos.

Keith Murray y Chris Cain idearon el nombre del grupo incitados por su afición a la mítica banda emocore Cap'n Jazz, que tenía un tema titulada 'We are scientists' y por un inspector de una casa de alquiler de vehículos que les preguntó si eran científicos al ver la ropa que tenían puesta y guardada en el interior de una camioneta que le estaban devolviendo. Dana LaMarca, Keith Carne, Max Hart, Charlene Huang y Ameena Khawaja, fueron los músicos que les acompañaron en el estudio para concebir este disco.

https://www.youtube.com/playlist?list=PLJhKEt4Hct7VE2GbWfDgYdIiKYxHte1eN

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