lunes, 14 de marzo de 2016

TOUNDRA + BÖIRA - SALAMANDRA 1 (L'HOSPITALET DE LLOBREGAT) 12/03/16

IV (2015)

Hacía siglos que no iba de concierto, creo que desde que vi a Little Jesus actuar en Heliógabal y como aquella experiencia fue genial, para esta ocasión no me pensé mucho aceptar la propuesta de mis amigos Lucho y Serra, los cuales también estuvieron allí y suelen ser talismanes para buenos directos (Rodriguez y Pony Bravo son otros dos ejemplos). Sin importar que la espalda me estuviera dando guerra desde primera hora de la mañana, estaba animado porque los madrileños Toundra, autores de uno de los mejores discos de post-rock de la historia (si, si, así de claro, sin exagerar), el fulminante 'IV' editado a principios del año pasado, iban a pisar por primera vez mi querida ciudad de L'Hospitalet de Llobregat y lo iban a hacer en el marco del emergente Let's Festival que se viene organizando desde hace ya una década en la emblemática Sala Salamandra. Coincidiendo con el décimo aniversario del evento, el cartel se ha compuesto de nombres tan relevantes en las escena nacional como Xoel López, Second, Tulsa, Triangulo de Amor Bizarro, Egon Soda, Arizona Baby y Disco Las Palmeras! entre otros, en sus tres semanas de duración divididos en doce veladas de música en vivo. Un programa variado en el que a mi juicio el plato fuerte era este, y por eso no había que perdérselo.

Creo recordar que fue en la edición del Primavera Sound 2011, donde vi a estos cracks sobre las tablas por primera vez. Mi apreciada Viola Tricolor del añorado blog 'Los colores de los pensamientos', me recomendó verlos y al entrar en el recinto fuimos a echar un vistazo a su actuación. Eran casi casi los abrelatas de la jornada y ante un sol de justicia defendieron un repertorio que por aquel entonces apenas despuntaba con tan solo dos álbumes en el mercado, y aún así me impactó su sonido sobremanera. No había escuchado nada de ellos y todavía mantengo fresca su energía de aquel día en la memoria, con unos pocos cientos de espectadores como testigos, quizá incluso menos, pero entregados a su crudeza instrumental. Sin embargo, ahora puedo hablar de su progresión en ese campo afirmando que ha subido unos cuantos peldaños hasta tocar la cima con un derroche difícil de igualar por cualquier otra banda del estilo. Sin duda alguna son la formación más deslumbrante dentro de su género entre todas las que desarrollan su propuesta en nuestro país.

Surgidos de la unión de ex-miembros de Nacen de las Cenizas y Ten Minute Man, comenzaron su andadura hace aproximadamente nueve años y desde entonces han publicado cuatro discos de estudio en los que se nota una notable evolución gradual. En la actualidad con la entrada del ex-guitarrista de Adrift, David 'Macón' Maca en sustitución de Víctor García-Tapia, se han sentado las bases de un proyecto sólido que tiene como límite el infinito y que está haciendo ruido en todo el continente. El cuarteto de la capital se presentó ante una concurrencia que prácticamente abarrotaba la sala y que disfrutó de una noche inolvidable en la que se dieron cita dos grupos con muchos nexos de unión estilísticos y en cuyo manual están los nombres de Isis, Mogwai, Pelican, Explosions In The Sky, Caspian y Russian Circles, como referentes de manera implícita, pero que en el caso del cabeza del cartel han pasado a ser meros puntos de partida porque su imaginario vuela en solitario sin necesidad de comparación odiosa.

Venían a presentar su más reciente trabajo y lo hicieron acompañados de Böira, unos declarados devotos suyos que también causaron una muy grata impresión. Procedentes de Barcelona, estos cinco músicos defendieron un ideario notable que se mueve entre el post-rock, el ambient más rocoso (si es que se pueden unir ambos términos) y unas leves pinceladas de screamo o más bien post-hardcore. Sus cuarenta y pico minutos de entrega se basaron en su primer y único lanzamiento hasta la fecha, el estupendo 'Si de la runa baixés', de hecho tocaron el álbum en riguroso orden, tal como viene en en su formato físico, comenzando por la atmosférica "El que escolten els arbres", mi favorita, una exquisitez que en sus primeros compases me evocó los deliciosos pasajes de mis queridos Tristeza, pero que luego va cogiendo fondo para mostrarles genuinos y elásticos desde un punto de vista ecléctico, pues en sus casi diez minutos se puede deducir un gusto por la indagación, por ir un paso más allá en la búsqueda de sonidos, porque era cerrar los ojos y sentir fluir un poco de rock sinfónico progresivo, indie -rock, post-metal, slowcore y hasta reminiscencias folk de tinte psicodélico con el añadido de esas teclas tan bien adaptadas a la fiereza, luego llegó "Glasgow", una montaña rusa de tempestad-calma, que pasa la lengua por las paredes del doom metal y por el disco homónimo de Black Sabbath, alargando los riffs y cubriendo todo de una bruma melancólica a flor de piel, y con una recta final majestuosa que abraza una actitud optimista mesurada, acto seguido cayó "Vulcano", con unos primeros compases herederos de Ui, con una línea de bajo marcada y un ritmo trotón, amén de unos recesos de tranquilidad que nos trasladaban a universos idílicos para irrumpir con unos coros épicos que encontraron respuesta entusiasta en el respetable, "Allau", dividida en dos partes fieles a los dogmas del género, y que sufrió el único revés de la noche al no apreciarse el trozo vocal que llevó a cabo su bajista, no sé si porque falló el micrófono o porque el volumen del mismo quedó empequeñecido por la potencia instrumental, y "Refugi", que redondeó la faena en lo más alto, provocando que el público quedará saciado y con el motor caliente para continuar con ganas de jarana. Excelente banda a la que habrá que seguir muy de cerca porque prometer crecer sin control.

Una tregua para salir fuera a refrigerarse y fumar (eso los fumadores, yo solo a beber algo), pero no para cenar, que eso lo hicimos antes con unos fideos chinos de esos que engañan al estómago, y en ese rato unos cuantos chistes de flamencos, unas risas a lo tontojulián y unas fotos de rigor para plasmar la historia, necesario todo para recuperarse del cansancio acumulado y ya dentro, pero un poquito más atrás por la incesante llegada de gente, a gozar de las primeras notas de la enorme "Strelka", anticipada con esa bella introducción al son del cantar de los pajaricos, sin la presencia del cuarteto en liza. Monumental comienzo, todo sonaba a la perfección, en su sitio, sin fisuras, correoso y
estruendoso a conciencia, pero sin desprenderse de la pulcritud ni de la calidad que les caracteriza. Ya metidos en harina, siguieron la lidia con "Marte", uno de los temas estrellas de su penúltimo álbum 'III', que sonó impecable e implacable con ese inicio rompedor de batería y guitarras atronadoras, con la banda entrada ya en materia y animando el cotarro con aspavientos y palmas en alto. Luego llegó otra licencia a su pasado con otro estandarte, la genial "Magreb', perteneciente a su sensacional 'II', un corte que roza los once minutos y que a mi personalmente siempre me ha recordado a Tool, y sin tiempo de asimilar que estábamos sufriendo la embestida de una apisonadora sónica, nos noquearon con "Zanzíbar", la cual también aparece en el mismo disco y a continuación de la anteriormente interpretada, una pista que nos trajo aromas arábigos y aumentó los decibelios con holgura antes de volver a su último plástico con "Kitsuné", tal vez la más aclamada por los presentes, respetando las campanadas que se escuchan en el álbum y resplandeciendo en cada nota, en cada espacio de furor. "Cielo negro", fue la siguiente, otro rescate de 'III', eléctrica, veloz, sonó a las mil maravillas, y fue enlazada con "Oro rojo", para mi gusto la más brutal de la noche, ya que en ella todos los componentes de Toundra entraron en un trance de entrega descomunal, moviéndose por el escenario e intercambiando gestos y sonrisas cómplices. Se les veía disfrutar y es que atraviesan un momento dulce, muy merecido por lo que nos dieron a entender Böira que tuvieron palabras de reconocimiento, admiración, respeto y gratitud hacía en ellos al final de su bolo y eso es señal inequívoca de que son gente que facilita las cosas y no se da aires de grandeza, y como nada dura eternamente, acabaron el bis y el espectáculo con la formidable "Bizancio", otro capricho de su segunda obra y que considero mi predilecta de todo su repertorio (buena alegría me dí al oirla porque de verdad que no la esperaba). Sencillamente bestial.  Nos calaron hondo, nos dejaron henchidos de felicidad y deseando que no se haga larga la espera hasta que vuelvan a visitarnos. Y es que como dijo mi buen amigo Danilo al salir de allí 'para llegar al público no hacen falta palabras'. Esteban Girón, Álex Pérez, Alberto Tocados y Macón no pronunciaron ni una, pero ni falta que hizo.

https://www.youtube.com/watch?v=ADI-joZusQI

https://boiramusica.bandcamp.com/releases

https://toundra.bandcamp.com/

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